sábado, 17 de mayo de 2014

CAIDA LIBRE


Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Sus ojos se iluminaron junto a las partículas de polvo, que, como átomos incandescentes, flotaban ahora en el aire entre ambos. Sus miradas se cruzaron, mientras el capitán vociferaba por los altavoces. Tres horas de vuelo y ni siquiera habían hablado. Luego el avión se zarandeó violentamente, cayendo en picado. Eran dos completos desconocidos. La tripulación comenzó a gritar. Fue entonces cuando se aproximaron el uno al otro. El mundo a su alrededor se volvía un caos. Ya no tenían miedo y se besaron. Esta es la historia de mis padres, que conocí por accidente y de puro milagro.


Francisco Miguel Gambero Macias

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