miércoles, 16 de enero de 2013

Elemental



Nuevo blog en la sección cultural de El Pais, su nombre: "Elemental", dedicado a la novela negra lleva tres entradas y dos de ellas son muy buenas: Sherlock Holmes, la inmortal obra de Sir Arthur Conan Doyle y Harry Bosch de Michael Connelly. Otro lugar para visitar, la Red es grande, demasiado grande.

lunes, 7 de enero de 2013

La ciudadela de los libros por Mario Vargas Llosa


LA CUARTA PÁGINA

PIEDRA DE TOQUE.
Carmen Balcells propuso, sin éxito, crear en Barcelona unos Archivos y Bibliotecas de Escritores. En México el proyecto se ha hecho realidad en la más bella biblioteca del siglo XXI

MARIO VARGAS LLOSA 2 DIC 2012



FERNANDO VICENTE


Hace unos veinte años oí a la agente literaria y matriarca de escritores Carmen Balcells hablar de un proyecto fabuloso relacionado con Barcelona y los libros. En los años siguientes siguió hablando de él, mientras lo pulía y redondeaba, a la vez que, utilizando todas las artes y técnicas de que es capaz (y que son poco menos que infinitas), trataba de convencer a las autoridades de la Generalitat de que lo pusieran en marcha.

El proyecto consistía nada menos que en convertir todos los antiguos cuarteles de la Ciudad Condal en Archivos y Bibliotecas de Escritores. Como Barcelona había sido en los años setenta la capital del boom y tierra privilegiada del reencuentro entre los escritores latinoamericanos y españoles, Carmen quería que los primeros archivos y bibliotecas que sentaran sus reales en los excuarteles fueran los de García Márquez, Cortázar, Fuentes, etcétera, y que poco a poco se les añadieran muchos otros, de España, Europa y el mundo entero. En unos años (10, 20 o 50), Barcelona se convertiría en una esplendorosa Ciudad de los Libros donde investigadores, bibliófilos, letra heridos y lectores de los cinco continentes acudirían a consultar, leer e impartir seminarios y cursos sobre todas las literaturas contemporáneas.

Las autoridades catalanas no debieron ser muy receptivas al respecto, porque, con el paso de los años, Carmen Balcells fue refiriéndose cada vez menos al asunto hasta, un buen día, desistir de semejante sueño, por imposible.

Lo que nadie podía prever es que, años después, una idea equivalente, aunque de proporciones menos gigantescas, germinaría de pronto allende los mares, en la capital de México, gracias al empeño de una matriarca mexicana llamada Consuelo Sáizar Guerrero, tan iluminada y tan pragmática como Carmen Balcells (aunque tal vez menos apabullante), y que esta vez el proyecto se haría realidad, convirtiendo a México DF en la sede de la más bella, original y creativa biblioteca del siglo XXI: La Ciudad de los Libros.

Está instalada en una Fábrica de Tabacos que se construyó a fines del siglo XVIII, en un área de 40 mil metros cuadrados, en el centro colonial de la ciudad. Fue también fábrica de armas, cárcel militar, hospital y cuartel. En 1946, José Vasconcelos la convirtió en la Biblioteca Nacional, que dirigió hasta su muerte. Luego, entiendo que hubo un largo paréntesis de inactividad en el desgastado local hasta que en 1987 el arquitecto Abraham Zabludovsky inició su rehabilitación.

La Ciudadela, inmenso y hermoso espacio, consta de patios, jardines y pabellones donde se han reunido las bibliotecas privadas de un puñado de escritores mexicanos —José Luis Martínez, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Carlos Monsiváis— que suman, juntas, cerca de 350 mil volúmenes.

Cada biblioteca ha sido confiada a un grupo de arquitectos, artistas y decoradores que han reconstruido y ordenado las diferentes colecciones respetando la personalidad —los gustos, las manías, las fantasías y las ocurrencias— de sus antiguos dueños, y, al mismo tiempo, facilitando al máximo la accesibilidad de los libros y la comodidad de los lectores. No exagero si digo que todos estos edificios —muy diferentes uno del otro— son creaciones donde el buen gusto, lo funcional y lo grato de la atmósfera, resultan extraordinariamente estimulantes para el quehacer intelectual. Sé por qué lo digo. Me he pasado la vida leyendo y escribiendo en las bibliotecas de todas las ciudades en las que he vivido y, con la excepción quizás de la antigua British Library —cuando estaba en el Museo Británico, antes de mudarse al mastodonte de St. Pancras— no recuerdo haber sentido tantas ganas de ponerme a trabajar (y hasta quedarme a vivir allí) como en las varias bibliotecas de la Ciudadela mexicana.

Nada más cierto que las bibliotecas retratan a sus dueños. Basta comparar el orden y el equilibrio de los setenta mil volúmenes que reunió el historiador, ensayista y crítico José Luis Martínez, con la atmósfera poética y ecléctica de García Terrés, o el alegre desorden y la curiosidad desenfrenada del agudo cronista de la cultura popular que fue Carlos Monsiváis. A la entrada del pabellón que alberga la biblioteca de este último recibe al visitante una fotografía con los ojos subyugantes de María Félix en la que la diva ha estampado una cariñosa dedicatoria a Monsiváis. El pintor Francisco Toledo ha alfombrado este local con un tapiz lleno de los gatos que aquel criaba y concebido un panel delicado y exótico con los lomos de los libros y una cabeza de pelusas de su viejo dueño, que los contempla con nostalgia.

Además de estos pabellones, hay otros, dedicados a los niños, a los bebés —sí, he dicho a los bebés y su local se llama ¡la bebeteca!— y a los ciegos (eufemísticamente bautizada Biblioteca para Débiles Visuales). Me quedé con las ganas de echar un vistazo a la misteriosa bebeteca; pero, en cambio, sí tuve tiempo de pasearme un buen rato en el pabellón de la puericia y sentirme niño otra vez, entre esos juguetes diseñados con personajes y lugares de cuentos de hadas y novelas de aventuras que van astutamente empujando la curiosidad de los precoces lectores hacia los libros en que aquellos juguetes se inspiran. Hay también un auditorio mil y una nochesco para los cuenta cuentos.


Probablemente el más literario y original de todos estos pabellones sea la biblioteca de invidentes. La música es en ella tan importante como en la bella novela de Bruce Chatwin, The Songlines, donde este describía el antiguo mundo de los aborígenes australianos como un fantástico recinto donde las fronteras entre las distintas etnias y comunidades no eran geográficas sino musicales. En el interior de esta biblioteca los espacios están delimitados por composiciones sonoras, cuyos autores han trabajado en su gestación con la asesoría de los propios invidentes. Estos pueden dirigirse, guiados por la música, hacia los estantes o puntos de lectura que usualmente ocupan. La biblioteca no sólo dispone de una vasta colección de obras en braille sino también de tabletas, cintas y discos de libros grabados que pueden ser escuchados en pequeñas cabinas individuales. Para aislar este pabellón de los ruidos de la calle hay, entre esta y aquel, un jardín y un camino delimitado por aromas de flores y de árboles que guían al usuario desde la puerta de entrada de la Ciudadela hasta el pabellón, sin necesidad de lazarillos.

La licenciada Consuelo Sáizar Guerrero, Presidenta de Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), no hubiera podido materializar este formidable proyecto cultural si no hubiera recibido el apoyo (y los recursos) del gobierno del Presidente saliente de México, Felipe Calderón. Como se atrevió a enfrentar al dragón del narcotráfico, guerra que ha hecho correr mucha sangre y mucho sufrimiento en su país, muchos juzgan negativamente la gestión de este gobernante. Yo creo que ha sido valiente, honrado y que ha contribuido decisivamente a la democratización del que es, ahora, el primer país hispanohablante del mundo. Y no creo equivocarme si digo que, una vez que pasen los años y se vayan desvaneciendo de la memoria histórica las violencias de estos años asociada al narcotráfico, la Ciudadela de los Libros seguirá allí, intacta, atrayendo cada vez más lectores, como un enclave de civilización invulnerable a la barbarie.

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2012.

© Mario Vargas Llosa, 2012.

El Asesinato de Rogelio Ackroyd por Agatha Christie




Titulo original: The murder of Roger Ackroyd
Traducción de G. Bernard de Ferrer
De Ediciones Santillana Ediciones Generales SL para la edición de el diario El Pais SL
2004

Nota de la autora
Considero que El asesinato de Roger Ackroyd es el más conocido de mis libros. Fue uno de los primeros que escribí, tal vez el quinto o el sexto, y creo que su éxito es debido a su idea central, idea que solo podía ser utilizada una vez. Era original (aunque de entonces acá le han salido muchos imitadores), significa, casi siempre una sorpresa completa para el lector. Desde el puto de vista del escritor presentaba cierto inconveniente técnico que era interesante intentar.
Algunos lectores han gritado indignados: "¡Tramposa!", acusación que he rechazado con gusto, llamando la atención, por turno, sobre varias frases y expresiones cuidadas. Fue un libro que gocé escribiendo, y uno de cuyos personajes, la hermana del doctor, Caroline, he trazado con el mayor placer. Cuando el libro fue adaptado a la escena con el título de Coartada, ¡ay!, mi inquisitiva, dominante y solterona Caroline pereció en el arreglo, siendo sustituida por una joven encantadora de buena presencia y sin mal genio. ¡Que dolor sintió la autora de su corazón!

Agatha Christie

Contacto de Carl Sagan








Titulo original- Contact
Traducción- Raquel Albornoz
Plaza & Janes Editores SA
Séptima edición Noviembre 1998


Un detalle curioso, tal vez castigo místico, el diseño de la portada del libro es un fotograma cedido por Warner Española SA distribuidora de la película en España. Y es que tiene miga que, uno de los mayores divulgadores científicos como Carl Sagan, cansado de esperar a que los estudios de cine se decidiesen a rodar un guión suyo, hizo algunas correcciones y lo publicó como una novela. Una alegría, porque los libros suelen ahondar mucho más en los detalles.
Finalmente se rodó la película y la doctora Ellie Arroway realizó uno de los viajes más hermosos que soñamos hacer.
El autor, siempre divulgador, intenta una y otra vez sorprender y cautivar al personal con las armas de las que dispone, que es básicamente una: el cerebro. El tiempo no ha tratado mal el texto y definitivamente, la historia paralela sobre la búsqueda de la inmortalidad me fascina. Y desde luego, los números primos han ganado mucho interés para mí, desde que leí esta novela.

sábado, 5 de enero de 2013

El Hobbit por John Ronald Ruelen Tolkien




El Hobbit edición para el Circulo de Lectores por Ediciones Minutauro 1982 traducción Manuel Figueroa ilustración de la portada El sendero de la montaña por J. R. R. Tolkien


En estos días está de moda, una moda creciente, una ola de popularidad, de hecho una moda, una fama y una popularidad que ha crecido exponencialmente, a unos niveles y de una amplitud que supongo jamás hubiera soñado el autor de las historias que comenzó contado a sus hijos a los pies de su cama para que durmiesen. Incluso si hablamos de las fechas de publicación ya han pasado unos cuantos años (más de 80 años). No es que la fecha tenga mucha importancia, tan solo es una referencia, pero el paso de los años le ha sentado bien. De hecho la edición en castellano de las historias de Bilbo Bolsón datan de 1979, y mi primera lectura fue en la edición de 1982 de El Circulo de Lectores, algo que ya forma parte de la nostalgia ya que el libro no era mío y he comprando una copia de saldo, a pesar de la enormidad de ediciones diferentes que hay ya de El Hobbit.


The Hobbit, or, There and back again edición de George Allen & Unwin 1979 (La primera edición de esta editorial data de 1937) Ilustraciones del autor.

La obra de Tolkien de la impresión de ser el preámbulo de algo mayor, pero no eran las ideas editoriales lo que buscaba, todo existía desde tiempos pasados en la mente del filólogo experto, aparte de las inventadas dominaba ocho idiomas. Decía que el libro parece menor, una pequeña aventura comparada con las venideras con los libros de El Señor de los Anillos, y con la reciente aparición de la película de hecho uno de los comentarios más comunes se refiere al hecho de que como pueden dedicar el mismo metraje, el mismo numero de películas a los dos libros.
Peter Jackson ha decidido contar con todo detalle, y no de forma rápida, no creyese que fuese a verla jamás, pero ahí está, contada, mostrada, brillante, y tal vez no sea yo un critico adecuado (puedo encontrarla demasiado seria y sin los destellos de humor que contenía el libro, pero han buscado soluciones brillantes) típico en lectores empedernidos de un tipo de literatura. Llegué a traducir las runas del libro, y sí, se puede y tienes un texto en inglés que significa lo que te dice el autor.
Lo cierto de las obras de Tolkien es su sencillez, todo suena o mejor dicho resuena, contiene elementos conocidos, la mitología del autor es la mitología del norte de Europa, siempre me dio la impresión de que alguien me contaba la verdadera historia del pasado remoto del Norte, seguro que les gustaría eso. En realidad Tolkien, filólogo e historiador depura durante mucho años un proceso de selección para poder narrar la Historia que le hubiese gustado que ocurriese, y también conoce el Mal, el Terror primigenio en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Habla del mundo con grandes parelelismos, y esta claro que le hubiese gustado transportarse a Bolsón Cerrado y vivir allí hasta el fin de los tiempos.
En realidad Tolkien es de otro tiempo, nacido en 1892, graduado en Oxford en 1915 comienza las notas sobre El Silmarillion en 1917 comienza a crear su propio universo de donde saldrán el resto de las historias, algo así como su propio Antiguo Testamento, una vida dedicada a otro mundo ya que el suyo propio sufría una transformación brutal. El siglo XX convulsionaba y el siglo XXI no se esta quedando atrás.
Pensé que jamás lo vería, 30 años después de leerlo, un tipo genial se ha encargado de plasmarlo en imágenes, y ha hecho un trabajo genial.