jueves, 3 de abril de 2014

Caronte

Llovería esta noche. Sobre las últimas huellas de Julia. Sobre los campos de batalla, y sus camaradas. Pero aún sabía, mejor que nadie, que aún era posible elegir campo de batalla y cobrar como soldado perdido y lúcido, montando guardia entre fantasmas, entre la resaca de millares de naufragios.
"Caronte."- se dijo en voz baja. Como si se tratara de un secreto de su memoria. O de una  maldición. Hacia mucho que no lo recordaba. La ironía sobrevino de inmediato. Se levantó y buscó en el diccionario. Caronte: barquero del infierno, que pasaba a los muertos en su barca, sobre la Estigia, a cambio de un óbolo.


Francisco Miguel Gambero Macias.

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