martes, 7 de junio de 2011

La Historiadora de Elizabeth Kostova




Titulo original: The Historian
Traducción: Eduardo G. Murillo
Ediciones Urano, S.A., 2005, Umbriel Editores.
Fue esta novela, un regalo, uno con mucho cariño, novedad editorial, avalado por critica y éxito de ventas, a pesar de ser obra primeriza. Menos mal que últimamente algunos productos no son solo marketing aunque no sea exacta su clasificación.
En estos últimos años ha habido algunos autores con obras muy interesantes, leyendo su biografía y entre líneas uno puede pensar sin temor a equivocarse que algunos profesionales de la enseñanza, entiendase docentes universitarios o afines, que además llevan muchos años trabajando sus textos. Algo que tiene que tener u ofrecer un tochaco de 698 páginas, tampoco es que vayamos a comprar al peso, pero la introcción viene al caso porque se la publicitaba como novela de terror, y a la autora como la nueva Reina de la Noche, y yo entiendo que no es solo que quieran vender la novela, es que la trama principal se supone que es de terror, o intentarlo al menos, debido a una adaptación (y van...) del personaje de Drácula. Y aquí es donde uno se pierde, y no sabe si han sido maniobras orquestales en la oscuridad de los editores (y algunos si que dan miedo) de esta buena mujer, Elizabeth Kostova, o que de verdad necesitaba utilizar el personaje de Drácula en la novela. El título del libro, si es correcto, y lo maravilloso del libro, no es la trama, sino por donde transcurre y discurre la historia. La autora logra transmitir, no solo su amor por los libros, por esa transmisión de conocimientos en esos maravillosos discos duros, de gran versatilidad, a pesar de que puedan tener cientos de años, sino una capacidad inmensa por llevarte a lugares, no exóticos por distantes, sino evocadores de otras épocas, reales pero con una impresión de ser fantásticos lugares de tiempos remotos. Y ahí radica la maravilla de esta novela, aunque como ya digo, la trama principal, no es que adolezca de algun defecto, o sufra problemas, para mi es que no existe. Pero una vez más tenemos que alegrarnos de que sea un libro digno de leerse.

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