lunes, 18 de marzo de 2024

El misterioso París de Éric Fouassier

El escritor triunfa con una serie criminal ambientada en la capital francesa en 1831 y protagonizada por el inspector Valentin Verne, "un Holmes más carnal, menos frío"

Juan Carlos Galindo, Barcelona

Éric Fouassier (Tours, Francia, 60 años) contrajo el virus de la literatura a muy temprana edad. Lector fanático de Dumas, Verne y Los misterios de París de Eugène Sue, no tardó en probar suerte como escritor: antes de la mayoría de edad ya había enviado su primer manuscrito a tres de las grandes editoriales de Francia. La respuesta alentadora de Gallimard fue el primer paso en una carrera que le ha llevado, gracias a libros que mezclan la novela histórica y el thriller, al éxito en términos de crítica y público.

Pero por el camino hubo baches, idas y venidas. "Estudié el bachillerato científico, luego Farmacia, con una tesis sobre la química farmacéutica en la literatura, y luego Derecho", contaba la semana pasada en el festival BCNegra. Después llegó la gimnasia, el fortalecimiento de la prosa a través de la novela corta. En ese campo coincidió, entre otros, con Bernard Minier, con el que se cruza en el hall del hotel de Barcelona donde atiende a El Pais. "Eran ideales porque no tenía mucho tiempo para otra cosa. Escribí unas 50 entre 2000 y 2005. Me presentaba a muchos concursos", resume.

Éric Fouassier, el día 9 en Barcelona. Albert García

Varios años, 13 novelas de todo tipo e incontables relatos después llegó el éxito con la primera novela de su serie El gabinete de los misterios ocultos, titulada de la misma forma y publicada en España por Principal Noir. "No sé por qué pero antes de publicarlo sabía que pasaba algo. Se tradujo rápidamente al japonés y todo el mundo hablaba de ello. Fue la primera vez que los adolescentes trataron una obra mía como si fuera una serie de Netflix". Después vinieron 40.000 descargas de audiolibro en un año y más de medio millón de ejemplares con las tres entregas (El fantasma del Vicario, también en Principal, y Les nuits de la peur bleue, aún por traducir). ¿Dónde está la clave? "Creo que los problemas de esa época resuenan en el lector de hoy en unas tramas históricas con temas más propios del thriller. Hay, además, una serie de personajes fuertes que los lectores siguen", relata desde detrás de sus gafas redondas y una sonrisa casi constante, el rostro del profesor amable que todavía es cuando no escribe.

El protagonista de estas novelas es Valentin Verne, un dandi parisino de rostro casi perfecto teñido, sin embargo, de una "conmovedora melancolía". Soltero, solitario y no muy hablador, tiene cierta tendencia a la introspección, generada muy posiblemente por los horrores experimentados desde una temprana edad. "Es un Sherlock Holmes menos frío, un Holmes carnal", resume el autor cuando se le pregunta por el parecido con el mítico detective de Arthur Conan Doyle, con quien comparte incluso su maestría en el bartitsu, arte marcial mixto propio de caballeros victorianos.

Verne dirige la Brigada de los Misterios Ocultos, creada en 1830 para desentrañar crímenes imposibles en una época en la que las luces enciclopédicas y el empirismo no terminan de imponerse a las sombras y las supersticiones. Esta lucha se ve perfectamente reflejada en toda la serie, acompañada de unas maravillosas localizciones y mucho sentido del ritmo policiaco.

Los misterios de estas novelas están ambientados en un París en plena transformación gracias a una ascendente y poderosa clase burguesa, con nuevos barrios muy distintos a los de la mediaval Île de la Cité. "Es la época más novelesca", defiende, "quería con todas mis fuerzas que París fuera un personaje. Un París de contrastes, que llega al lector por los sentidos". Una ciudad en la que solo una clase permanece inalterada, siempre con la suerte en contra: la clase obrera, los miserables.

Pero lo que define a todo héroe es su némesis y aquí Valentin Verne tiene uno a la altura de Moriarty, más terrible si cabe: el Vicario, "una forma condensada de crueldad", un hombre que Fouassier utiliza con habilidad para sacar el lado oscuro de su protagonista en una pelea sin cuartel. "Es mi niño bonito", asegura con una risa algo taimada, interlocutor al calificar así a este ser horrible. "Está hecho para ser detestado. Un malo muy característico de la época".

Autenticidad

El autor juega muy bien con los cambios que se están produciendo dentro de la investigación criminal, e incluso utiliza a Eugène-François como invitado estelar. El que fuera el primer director de la policía francesa moderna llevó una vida de novela: criminal de prestigio, entra en la policía como chivato y termina dirigiéndola, modernizándola y dándole una estructura parecida a la actual antes de convertirse en escritor, montar una imprenta y publicar sus memorias y un puñado de novelas de éxito avalado por amigos como Balzac. "El único límite que me puse al tratarlo como personaje de ficción fue darle coherencia histórica, no ponerlo nunca a hacer cosas imposibles o en lugares en los que no estuvo", explica.

Enganchado a la autenticidad de los autores a los que admira, Fouassier consigue el equilibrio entre la imaginación y la documentación (uno de los grandes retos de todos los autores de este género) y acude a otros elementos de identificación, como acabar con personajes a los que los lectores han tomado cariño. "Matarlos es siempre complicado, pero la novela popular del siglo XIX era un poco maniquea y aquí quería alejarlo de la caricatura. Los lectores lo encuentran terrible, pero le da autenticidad".

Admirador de Arturo Pérez-Reverte, Fouassier confiesa que dentro de cada libro hace planes, pero luego no los respeta. Lo que sí mantiene a rajatabla es el pacto de confianza con los lectores que aprendió con las novelas cortas. Y el amor por el entretenimiento. Antes de la cuarta entrega, en la que viajará a la Argelia invadida y conquistada por los franceses, la serie será cómic y está en marcha la adaptación audiovisual. Por el camino, Fouassier seguirá enganchado a la literatura en todas sus formas. En las bibliotecas y cines de Barcelona donde se celebra BCNegra, algún joven habrá sido inoculado con el virus para seguir sus pasos.


El Pais. Cultura. Sábado 17 de febrero de 2024

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