martes, 23 de marzo de 2021

Una escuela de contar Barcelona por Juan Cruz

 El temporal de 2020 barrió con su viento horrible dos de las miradas que hicieron de Barcelona protagonista de distintas literaturas, las de Carlos Ruiz Zafón y Juan Marsé, a los que la ciudad quiere más allá de que les dediquen avenidas o barrancos. El autor de La sombra del viento murió en junio y Marsé falleció un mes más tarde. Sus obras explican maneras de ver Barcelona. El novelista de La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza, que alterna Barcelona con su casa de Londres, dice que esos dos amigos constituyen una escuela de contar Barcelona. Marsé es el fundador..."Sitúa las peripecias de los personajes en lugares que forman parte de su identidad. En Ultimas tardes con Teresa están clarísimos el barrio de los perdedores y el barrio de los ricos, así como el trayecto que va de un barrio al otro. La ciudad, en Marsé, se convierte en escenario y en parte de la trama...En el caso de Manolo Vázquez Montalbán y su Carvalho, él recorre la ciudad con su personaje, lo acompaña por todos los estratos y así incorpora la propia Barcelona a la acción". Mendoza la convierte en un prodigio desde el título..."Después de ellos dos, venimos los que hacemos que la ciudad sea la protagonista, no sólo el escenario y parte de la trama, sino como una persona casi independiente de la propia ciudad. Se invierten los papeles, la peripecia es la de la ciudad y el individuo es el lugar por donde transcurre esta historia urbana. Es lo que intento hacer en La ciudad de los prodigios y lo que hace luego Ruiz-Zafón con la escritura que inicia con La sombra del viento".

Esta saga de miradas coincide, dice Mendoza, "en el momento en que Barcelona es una ciudad por explotar, al menos en castellano. Madrid ya había sido muy trabajada por Galdós, por Baroja; a Barcelona la habían tratado, desde la crónica periodística, Pla y Gaziel... Nuestra generación saca los referentes de Pla y de Mercé Rodoreda, cuando la Barcelona real era un huerto por cultivar". Ahora el que quiera entrar en la Barcelona literaria, para retratarla, lo tiene muy mal, "porque ya no queda ni catedral por contar". ¿Qué tuvo tanta potencia en la escritura de Zafón para convertir su trazo de Barcelona en un fenómeno universal? "Surgió de repente, y no hay manera aún de explicarlo. No hay país del mundo donde no sea el escritor de Barcelona por antonomasia. Tiene un talento natural, pero también un aprendizaje muy bueno, como guionista en Hollywood, como hombre de la publicidad en Los Ángeles, así que tiene todas las técnicas propias de la narrativa moderna. Y luego se encuentra con Barcelona, cuyos alicientes justifican el viaje que excita su propia literatura". Se fueron. Dos miradas para Barcelona. "Dos amigos. Y antes se fue Manolo. Marsé fue la larga conversación de muchos años. Ya es hora de que salgan jóvenes y que nos manden al retiro. No sé que contarán, pero tienen muchas cosas que contar. Yo estoy en tiempo de descuento". Sergio Vila Sanjuán, periodista, escritor, recuerda a su amigo de Zafón prendido del Portal Gaudí, su espacio mayor en la ciudad que él hizo mundial. Ahí está la fotografía de Marsé, su mirada en la Barceloneta. Su hija Berta, novelista, lo recuerda emocionado viendo en el cine a Carmen Amaya bailando para Los Tarantos en el Somorrostro, pero no lo recuerda en la Barceloneta, "entonces los barceloneses vivían de espaldas al mar".


El País, sábado 30 de enero de 2021

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