viernes, 5 de abril de 2013

El primer libro





PARA MUCHOS AUTORES PUBLICAR DEBERÍA SER INCLUIDO ENTRE LOS TRABAJOS DE HERCULES. ALGUNOS LO CONSIGUEN. ESTAS SON SUS SENSACIONES.

TEXTO:NURIA BARRIOS ILUSTRACIÓN: JOSÉ LUIS MERINO

Antes de publicar, todos tenían el convencimiento de ser escritores o de que iban a serlo. Escribir entonces era un acto íntimo. Muy íntimo. Después de publicar su primer libro, todos comparten el entusiasmo, unas ganas inmensas de seguir escribiendo y, unos más que otros, sienten la presencia fantasmal de los futuros lectores.
"No se puede hablar de obra si no hay ojos que la miran. A mí lo que me gusta, casi me excita, es que me lea gente desconocida, saber que mientras duermo se está produciendo un acto de comunicación conmigo, y eso sólo es posible gracias a la publicación. Lo que puede ocurrir es im-predecible. Cada libro es muchos libros distintos en función de la lectura", afirma Carlos Castán. También publicar supone mil aventuras distintas. Hay quien lo consigue tras varias tentativas y con obras diferentes, hay quien se lo financia, como sucede con los autores de la editorial Ópera Prima, y hay quien consigue publicar y ganar un premio al primer intento, como Carmen Amoraga, ganadora del Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla.
"Me presenté porque tenía la sensación de que, al ser joven y desconocida, me sería difícil encontrar una editorial. Resultó vertiginoso: de la nada al todo. Gané el premio en julio, publicaron mi novela a mediados de noviembre y a principios de diciembre ya iba por la tercera edición".
Para Amoraga "todo" significa muchas pequeñas cosas: ir por una calle, ver un escaparate y que su libro esté ahí; recibir cartas de lectores apasionados que la animan a continuar... No menciona la fama y el dinero como parte de la magia del proceso. No es la única.

El caso de sobriedad literaria más destacado es quizá el de F. M., un autor cuya enigmática firma -sus iniciales-tiene ecos musicales. "Para mí escribir es una búsqueda personal que produce un resultado: un libro. Yo ofrezco esa parte del proceso, pero no me ofrezco a mí. Mi vida personal no tiene interés para nadie. No me gusta lo que trae la fama, asi que prefiero alejarme con la máxima ligereza. Y en cuanto te empeñas en no ser famoso, lo consigues. Yo aporto literatura y no curiosidad".
Los momentos más agradables que F. M. relaciona con la publicación de sus relatos son muy coherentes para un autor con una conciencia de su trabajo tan íntima, tan privada: dos dedicatorias, la que le hizo a sus padres, impresa en el volumen, y la que se hizo a sí mismo, esta vez a mano y tras comprar su propio libro.


El Pais de las Tentaciones viernes 20 marzo 1998

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