domingo, 9 de julio de 2023

El racismo, negro sobre blanco

Sergio C. Fanjul, Madrid



Manifestación de Panteras Negras, el 11 de abril de 1969 en Nueva York. / David Fenton (Getty)

Con sus gafas de sol, sus peinados afro, sus boinas puestas de lado, en fin, su aspecto entre cool y paramilitar, las Panteras Negras fundadas en California en 1966 por Huey P. Newton y Bobby Seale, protagonizaron la lucha antirracista en EE UU en unos tiempos convulsos, rodeados de controversia, de tensiones con las autoridades, de persecución del FBI. Su historia se cuenta en la novela gráfica El Partido de los Panteras Negras (Alianza Editorial), de David F. Walker y Marcus Kwame Anderson. No solo reivindicaron su causa en las calles y los medios, o defendieron de forma polémica la violencia como forma de autodefensa, sino que crearon programas sociales, de sanidad o educación, para ayudar a la comunidad.

El libro es una muestra reciente de las publicaciones relacionadas con lo afro y el antirracismo que aparecen aquí y allá en el panorama editorial español: no puede decirse que estemos ante un boom, pero sí ante una tendencia creciente y sostenida que responde al interés de la comunidad afrodescendiente en España y al del público en general, que pone el foco en el problema del racismo.

"Ya desde el 15-M hay un creciente interés en temas progresistas, y en editoriales que les dan cabida, ofreciendo textos nuevos y recuperando clásicos de autores como James Baldwin, Angela Davis o Frantz Fanon. Antes todo esto era un rinconcito del Rastro, ahora es un mercado más amplio", explica Ladislao Bapory Site, vallecano de origen ecuatoguineano, traductor, entre otros libros relacionados, de la novela gráfica de la Panteras Negras.

Se detectan diferentes corrientes dentro de los libros afro, según observa la periodista Lucía Mbomío, autora de Hija del camino (Grijalbo). Por un lado, las personas que nacieron en España o llegaron muy pequeñas, y que suelen escribir autobiografía, narrando su peripecia como personas negras en un mundo de blancos, sin que ello sea óbice para ocuparse de los contextos. Son los casos de la propia Mbomío; de Moha Gerehou, con orígenes en Gambia, autor de Qué hace un negro como tú, en un sitio como este (Península), o de Desirée Bela-Lobedde, de ascendencia ecuatoguineana, autora de Ser mujer negra en España (Plan B). Las experiencias de eso que alguna vez se ha llamado la afroespañolidad, y que son importantes en un país donde tradicionalmente han faltado este tipo de referentes.

La literatura afro sirve para que la comunidad cree lazos, se genere a sí misma, para que los lectores puedan verse reflejados en los textos: las personas negras nacidas en España habían crecido sin referentes en el terreno literario. Lo común para los jóvenes afroespañoles ha sido tener referentes afroamericanos. "Con la lectura de autores afro se experimenta una especie de abrazo retrospectivo: muchas veces cuando eres pequeña tus seres queridos no entienden que eres víctima de racismo, sino de casualidades, porque para ellos no eres una persona negra, sino un individuo", explica Mbomío. En los textos se descubre que el racismo se da en muchos lugares y lo sufren muchas personas, que es algo sistémico y universal: de repente se desvanece esa sensación de soledad.

Otra corriente tendría que ver con esas personas migrantes que han llegado con más edad, practican lo que Mbomío llama "narrativa del tramo", es decir, el relato del viaje hasta España, con las vicisitudes que suelen acompañar las migraciones. Por ejemplo, los libros del camerunés Sani Ladan, La luna está en Duala, o del ghanés Ousman Umar, Viaje al país de los blancos y Desde el país de los blancos, todos ellos publicados por Plaza y Janés. Son textos que dan cuenta no solo de un viaje tanto física como mentalmente doloroso y transformador, sino también de un abrupto choque con una sociedad que no suele acogerles como esperaban: la tierra prometida no existe, o no es como se la habían imaginado.

"La comunidad afro en España es muy heterogénea", dice Yeison F. García, politólogo, miembro de la asociación Conciencia Afro y autor del poemario Derecho de admisión (La imprenta). El poeta es afrocolombiano y, como él, muchas personas negras en España tienen orígenes latinoamericanos. Otras provienen de África. De ambos orígenes, algunas nacieron en España y otras han migrado, y así se mezclan varias generaciones. Tal vez eso ha significado un problema para formar comunidad y contarse su propia historia.

Estereotipos impuestos

"La creación de un marco estético puede servir para que la sociedad empatice con nuestro discurso, pero también para le creación de una subjetividad afro común en una comunidad tan diversa", dice el poeta. A veces, como señala Ladislao Bapory Site, lo que crea la subjetividad común es la mirada exterior, la mirada blanca, su trato y los estereotipos impuestos.

"Hay un borrado de la presencia negra en España", explica Silvia Ayang, más conocida como Afropoderossa por su activismo en internet, nacida en Guinea Ecuatorial y criada en Camerún, Gabón y España. Ahora saca el libro España no es solo blanca (Molino), donde ahonda en las grandes figuras olvidadas de la España negra. "En la historia de España hay mucha población negra, porque tenía colonias fuera de Europa, en África y Latinoamérica. Mi abuelo era español, pero no era blanco", señala. La historia de la colonia de Guinea Ecuatorial suele olvidarse en favor de Cuba y Filipinas. 

Tampoco gusta recordar que España fue uno de los países que comerciaron con esclavos negros africanos. "De hecho, en Andalucía no era un lujo tener esclavizada en casa a una de esas personas que vivieron en una época en la que ser negro era una condena", dice Ayang. Continúa: "Son historias que hay que contar, y que cuento para que mi hija de seis años las conozca". Algunas figuras a rescatar: sor Chikaba, la primera mujer negra en escribir en lengua europea; Juan Latino, la primera persona negra que cursó estudios universitarios en Europa; Rosalía Gomez y Cándida Jiménez, las últimas mujeres esclavizadas en territorio español.

La editorial Capitán Swing lleva desde sus inicios manteniendo una línea Black Power donde rescata grandes autores, ya clásicos, de la corriente, como Angela Davis, Malcolm X, bell hooks, Assata Shakur, Octavia E. Butler o Audre Lorde. "Estas temáticas están infrarrepresentadas en cuanto a traducciones disponibles", explica la editora Blanca Cambronero. Entre los libros más recientes publicados por la editorial están No me toques el pelo, de Emma Dabiri; Afropean, de Johnny Pitts; Feminismo de barrio, Mikki Kendall, o Barco de esclavos, de Markus Rediker. En los textos, la cuestión racial suele entrelazarse con otras: "Muchos de los autores que publicamos saben que no pueden hablar de cuestiones raciales sin integrar cuestiones de clase o de género, por ejemplo, la lucha no puede ser estanca", dice la editora.

El Pais,Cultura. Sábado 1 de julio de 2023


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