Una llanura desierta. Truenos y relámpagos. Entran las tres brujas.
-¿Cuándo volveremos a encontrarnos las tres en el trueno, los relámpagos o la lluvia?
-Cuando finalice el estruendo, cuando la batalla esté ganada y perdida.
-Eso será antes de ponerse el sol.
Primeras frases de Macbeth por William Shakespeare
Algo está consumiéndose en este instante, cerca de aquí se oye. Tiene el sonido de una serpiente que se traga a sí misma. Mientras una niña recita un parlamento de Titania, la reina de las hadas. Se oye el bullir del público, su densa expectativa de ficciones. Al fondo, alguien se ríe como un fauno. Es hora de empezar – un último retoque apresurado a sayos, atalajes y coronas.
Y van saliendo a escena los reyes, los bufones de locos cascabeles sin concierto, las brujas agoreras, las alegres campesinas de limpio corazón.
Y el mundo suena, en fin, a William Shakespeare
Hacía años que no preparaba una entrada tan espectacular. ¿Sabes el nombre de la calle donde acudimos a tomar café?. Los mecanismos del cerebro son peligrosos en su descontrol. Fue escuchar el nombre de la calle y ver un libro, y mi retina un coche irse. Y algún día sere capaz de pensar en su nombre sin temblar.
Y el amanecer vuelve a mostrar el sol.
Francisco Fernandez
-¿Cuándo volveremos a encontrarnos las tres en el trueno, los relámpagos o la lluvia?
-Cuando finalice el estruendo, cuando la batalla esté ganada y perdida.
-Eso será antes de ponerse el sol.
Primeras frases de Macbeth por William Shakespeare
Algo está consumiéndose en este instante, cerca de aquí se oye. Tiene el sonido de una serpiente que se traga a sí misma. Mientras una niña recita un parlamento de Titania, la reina de las hadas. Se oye el bullir del público, su densa expectativa de ficciones. Al fondo, alguien se ríe como un fauno. Es hora de empezar – un último retoque apresurado a sayos, atalajes y coronas.
Y van saliendo a escena los reyes, los bufones de locos cascabeles sin concierto, las brujas agoreras, las alegres campesinas de limpio corazón.
Y el mundo suena, en fin, a William Shakespeare
Hacía años que no preparaba una entrada tan espectacular. ¿Sabes el nombre de la calle donde acudimos a tomar café?. Los mecanismos del cerebro son peligrosos en su descontrol. Fue escuchar el nombre de la calle y ver un libro, y mi retina un coche irse. Y algún día sere capaz de pensar en su nombre sin temblar.
Y el amanecer vuelve a mostrar el sol.
Francisco Fernandez
No hay comentarios:
Publicar un comentario