Nunca sabremos si ocurrió por accidente o fue una decisión voluntaria. Como tantos sucesos nunca ocurren de forma ordenada.
En las primeras horas de la mañana del día 12 del mes de Marzo, un hombre despertó con su conciencia sacudida. Algo había cambiado de manera permanente en su voluntad, en su mente.
Despertó entre penumbras, dentro de una bañera antigua, el agua contribuyó a desorientarle aún más. Permaneció unos minutos dentro de la bañera, desnudo, pensativo y desnudo, de una manera inconcebible. Se esforzaba en recordar algo, algún detalle que le dijese qué hacía allí.
Salió de la bañera y al mirar el espejo el golpe fue inaudito. Un desconocido moreno, con penetrantes ojos oscuros le devolvía una mirada que no reconocía. Por un segundo, un breve instante, la idea de una sonrisa sarcástica, venenosa pugnó por asomarse a sus labios, pero desconocía cualquier motivo que le llevara a hacerlo.
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