martes, 6 de agosto de 2024

Una mano misteriosa tras los casos del detective Gonzalo de Berceo

El religioso y poeta es un investigador en dos novelas que triunfan con su mezcla de historia, misterio y humor, y donde la identidad de su creador también es un enigma.

Manuel Morales

Madrid

Dos novelas publicadas con 50.000 ejemplares vendidos hasta el momento, según la editorial, y críticas elogiosas. Tras esta fortuna se encuentra la conversión de Gonzalo de Berceo, el religioso y primer poeta de nombre conocido en lengua española, en un detective que resuelve asesinatos truculentos y al que le gustan bastante el vino y las posaderas (taberneras) rollizas. ¿Quién es su autor, Lorenzo G. Acebedo? No lo van a encontrar ni en la Wikipedia porque es el seudónimo del escritor que en poco más de un año ha publicado dos libros que, como decía Horacio, consiguen enseñar deleitando. La taberna de Silos y La Santa Compaña (Tusquets) ilustran cómo vivían los monjes medievales en la península Ibérica. De Acebedo se sabe lo que dice la solapa de ambos títulos: "Abandonó en su juventud los estudios teológicos por el retiro monacal y, tiempo después, el retiro monacal por una mujer. Reside en un pueblo de La Rioja". Nos los podemos creer... o no, como diría Mariano Rajoy.

Monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Alamy

Señor Acebedo, ¿por qué eligió a Gonzalo de Berceo para protagonizar sus novelas? "Quería trasladar a la Edad Media a Humphrey Bogart, un investigador escéptico y cínico que busca criminales por los bajos fondos, donde se mueve con soltura, y se encuentra que detrás de ellos están los verdaderos, los criminales de etiqueta", responde el autor por correo electrónico a un cuestionario enviado a su editorial.

Estatua de Gonzalo de Berceo en Logroño. Abel Alonso (EFE)

En La Santa Compaña, esos criminales, más que etiqueta, llevan hábito. El libro, ambientado en la primera mitad del siglo XIII, comienza con Gonzalo de Berceo en la catedral de Santiago de Compostela, durante la misa de celebración del jubileo. Un arcediano, que parece en trance, se cruza en el camino del famoso botafumeiro -"el mayor incensiario del mundo", según la Xunta de Galicia, con metro y medio de altura y 54 kilos de peso-. El resultado gore de semejante temeridad lleva al arzobispo compostelano, antiguo compañero de estudios de Berceo, a encargarle que resuelva el misterio de esta muerte.

Juan Cerezo, editor de Tusquets, dice por teléfono que todo comenzó "con un manuscrito (La taberna de Silos) que llegó con ese nombre del autor". "Pensé que era chocante por el género, una novela histórica con componente detectivesco, pero empecé a leerla y vi que estaba muy bien escrita. Sin una gran campaña publicitaria fue uno de los libros más vendidos de nuestra caseta en la Feria del Libro en 2023".

Del rapsoda nacido en Berceo (La Rioja) alrededor del año 1196 no hay muchos datos. "Su vida es una ficción que se inventan los filólogos a partir de documentos en los que aparece su supuesta firma", asegura Acebedo. "Tomo como cierto lo que se da por cierto, y a partir de ahí invento cosas que encajen". ¿Como su afición a dar golpes a un saco colgado del techo para mantenerse en forma? Berceo fue probablemente un clérigo, culto y vinculado toda su vida al monasterio de San Millán de la Cogolla. De hecho, escribió la vida del fundador de ese cenobio, pero sobre todo es conocido por las 911 estrofas de cuaderna vía de los Milagros de Nuestra Señora.

La librera Marina Sanmartín de Cervantes y Compañía (Madrid), fue de las primeros en advertir que algo sucedía con La taberna de Silos. "La gente venía preguntando por él". Para Sanmartín, el autor ha sabido mezclar "ingredientes que están de moda en la novela negra, como el crimen amable, el cozy crime; el humor sarcástico, la combinación de lo negro con lo histórico y el tono desenfadado del protagonista".

Si sabemos que Lorenzo G. Acebedo es un anagrama de Gonzalo de Berceo y que en sus libros la toma tanto con la alta jerarquía eclesiástica como con el bajo clero por sus corruptelas y vicios. Acebedo manifiesta en toda su crudeza las luchas de poder y por dinero en la Iglesia. "Son como las que hay dentro del Estado o en un partido político, que muestran dramáticamente la diferencia enorme que va de lo que pensamos a lo que hacemos", explica.

De la utopía a la distopía

Otra seña de identidad de sus libros es lo bien documentados que están sobre la vida monacal: "Hay muchos testimonios y relatos de ficción y autoficción de la época (autobiografías místicas, cartas, crónicas, vidas de santos...), además de estudios de los historiadores. La base fundamental es haber sufrido dentro el funcionamiento de una comunidad monacal. Un grupo humano en el que las mujeres están prohibas es un experimento utópico condenado a acabar en distopía", asegura.

Sobre esa fidelidad a la vida de los monjes medievales, el historiador de arte Pablo Avella Villar, al que entusiasmó la primera entrega, dice: "Conforme leía, alucinaba porque veía que el autor sabía muy bien de que hablaba". Y subraya que en todo el libro solo halló "un par de errores en unas referencias". Según él, que en las tramas "haya relaciones homosexuales y se vea a monjes dedicados sobre todo a comer y beber puede parecer histriónico porque existe una imagen idealizada de ellos, siempre rezando y con privaciones, cuando no era así".

Entonces, ¿de verdad ha sido Acebedo religioso? "No entiendo por qué me metí en un monasterio. Creo que porque de adolescente me daban miedo las mujeres, nunca tuve una hermana o una prima cercana. La historia de cómo conocí durante la clausura a la chica que me ayudó a romper con aquello es demasiado íntima para contarla aquí". Hoy vive en la intimidad su inesperada fama como escritor. "Empecé en esto por diversión. Me parece que me ha tocado la lotería". ¿No le tienta revelar su identidad? "Cuando salí del monasterio no lo hice por la puerta grande, me temo, y hay un abad al que le encantaría hacerme una visita. Además, con esto del anonimato estoy a salvo de chascarrillos e invitaciones".


El Pais. Sábado 27 de julio de 2024



No hay comentarios:

Publicar un comentario