lunes, 29 de julio de 2024

LOS MISTERIOS DEL SUEÑO DE POLÍFILO

María Suré, escritora 

Durante el periodo de investigación previo a la escritura de una nueva novela, suelo toparme con algún hallazgo interesante que después me gusta utilizar en la trama. Es el caso de este manuscrito del que voy a hablaros, el Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polífilo traducido al castellano, que forma parte de la trama de Lágrimas de polvo rojo (Maeva, 2022). Este es, sin duda, uno de los ejemplares más extraños, misteriosos y atractivos del Renacimiento.

Se trata de un incunable ilustrado con más de ciento setenta xilografías. Su primera edición, en diciembre de 1499, fue un encargo para el taller de Aldo Manuzio, impresor veneciano de los siglos XV-XVI famoso por la gran difusión de sus obras y su rigor filológico. Sus textos, algunos de ellos impresos en forma de copa invertida, están repletos de mensajes esotéricos y ocultos. Escrito en un idioma singular, mitad italiano y mitad latín, su autor utiliza palabras inventadas con raíces griegas y hebreas, hasta el punto de que algunos pasajes aún no han podido ser traducidos. En sus páginas se esconden frases ocultas y multitud de jeroglíficos. Con un contenido políticamente incorrecto para la época, al contener numerosas xilografías explícitamente eróticas, no es de extrañar que la censura haya actuado sobre muchos de los ejemplares existentes. A algunos les faltan páginas o tienen pasajes tachados o quemados, lo que no hace más que aumentar su atractivo al no existir dos volúmenes exactamente iguales. En España se conservan once ejemplares, cuatro de ellos en la Biblioteca Nacional, en cuya web se puede visualizar la obra digitalizada al completo.


Este incunable ilustrado con más de 170 xilografías Es uno de los ejemplares más extraños y atractivos del Renacimiento. Su Primera Edición (1499) fue realizada por el taller de Aldo Manuzio

La historia, que describe el encuentro entre dos amantes –Polia y Polífilo–, se divide en dos partes. La primera está narrada desde el punto de vista de Polífilo y en la segunda es la amada la que cuenta su versión. Ambos fragmentos, aunque con un estilo tan diferente que parecen haber sido escritos por plumas distintas, muestran una marcada influencia por los textos antiguos y por autores como Ovidio, Plinio o Vitruvio.

Como curiosidad diré que esta obra además influyó en otros muchos artistas. Uno de ellos fue el encargado de la iconografía del claustro del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca, puesto que en los frisos que decoran las ventanas de la Antigua Librería de esta facultad se representan algunas escenas del Hypnerotomachia.

Su autor es desconocido, aunque algunos textos apuntan a Francesco Colonna, un fraile de la época que, antes de ordenarse, había estado enamorado de la sobrina de un obispo, fallecida por la peste en 1466. Se cree que podría haber dedicado este libro a aquel amor platónico. Resulta curioso imaginar a un monje del siglo XV escribiendo sobre el amor y adornando sus textos con dibujos eróticos, pero este solo es uno más de todos los misterios que oculta este singular volumen.


Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polífilo, autor desconocido (¿Francesco Colonna?), xilografías atribuidas a Benedetto Bordon, 1499, impresor Aldo Manuzio, Nueva York, The Met.



Descubrir el Arte 

Año XXV nº 299

Enero 2024



miércoles, 3 de julio de 2024

Las lenguas indígenas alzan la voz en los libros

Comunidades nativas de todo el mundo impulsan la creación de obras infantiles y juveniles en idiomas autóctonos

Tommaso Koch

Madrid

Igloolik es una minúscula isla al noroeste de Canadá. Su nombre, en el idioma local (inuktikut), significa "tiene casas". Tampoco muchas, en realidad: ya sea por la ubicación, cerca del Ártico; por la extensión, que puede recorrerse de un extremo a otro andando en menos de cinco horas, según Google Maps; o por el clima, con temperaturas que casi nunca superan los siete grados y pueden descender hasta 30 grados bajo cero. En uno de esos hogares creció Aviaq Ginny Mary Pavvik Akumalik Berthe Johnston. O, como también se presenta, Aviaq Johnston.

Origen de Nat Cardozo

Más fácil para la mayoría del público. El mismo filtro que la joven autora inuit aplicó al principio de sus textos. "Vengo de una parte muy aislada del mundo. Pero lo que leía era muy occidental, así que al escribir reflejaba eso. Construía tramas en grandes ciudades con personajes que no había encontrado en mi vida", relataba hace unas semanas en la Feria del Libro infantil y juvenil de Bolonia, la más importante del sector, donde acudió a explicar cómo fue tomando conciencia de sus raíces. Y a reivindicar un movimiento que se ha cansado de ser silenciado. A muchas comunidades indígenas les robaron la tierra. Luego, la lengua y la voz. Finalmente, el futuro. Así que ha llegado la hora de que cuenten sus relatos. Y a su manera.

"Cada niño tiene derecho a escuchar su historia en su propio idioma", defendía Victor D. O. Santos, autor infantil y lingüista brasileño, en la misma conferencia, titulada Orígenes: voces indígenas en los libros para jóvenes. Algo obvio para cualquier chiquillo blanco del primer mundo, acostumbrado a protagonizar casi todas la novelas, películas, canciones o videojuegos que le rodean. Menos habitual para la otra mitad del planeta. Raro, para cualquier pequeño miembro de colectivos minoritarios, marginados o incluso discriminados. O para quien tenga necesidades especiales. Y prácticamente imposible para los indígenas.

Tanto que, cuando la pequeña Noemí tuvo al fin la oportunidad, "no paró de leer". El recuerdo es de Adolfo Córdova, autor del primer libro infantil publicado en el nuntajiiyi que apenas hablan pocas decenas de miles de habitantes en la mexicana Sierra de Santa Martha. Entre ellos, Noemí. Y su maestro, Emmanuel Rodríguez, que ayudó al autor a traducir Jomshuk, Niño y Dios Maíz (Castillo), basado en la antigua leyenda local de un muchacho nacido en la selva. "Ni siquiera los libros le ofrecían a Noemí un refugio personal. Si acaso, un hogar extranjero. Pero no basta con llevar otras obras a estos idiomas. Hay que buscar las que están escritas originalmente en esas lenguas. Y si no existen, hay que escribirlas", apuntaba Córdova.

La historia de la bisabuela de Michael Jean todavía no está publicada en innu-aimun. Aunque el autor, miembro de los innu, en Quebec, asegura por teléfono que está trabajando en ello. Mientras tanto, Kukum (Tiempos de Papel) ha conquistado a miles de lectores jóvenes y adultos en el planeta con el relato real de una mujer que se enamora de un indígena y adapta su estilo de vida. Pero, a la vez, la novela narra otra historia verdadera. Y en absoluto idílica. "Hoy todos están preocupados por el fin del mundo. Esas comunidades lo han probado, han visto como desaparecía el suyo y fueron obligadas a aceptar otro, que nunca eligieron", apunta Jean. Porque, durante casi un siglo, Canadá encerró a los indígenas en las llamadas "escuelas residenciales", internados donde se quebraba su identidad, su idioma y, a veces, su propia existencia.

Por eso Jean cree que su novela es también "una declaración de intenciones". En Bolonia, Aviaq Johnston quiso arrancar su intervención en inuktikut. Y ha editado su primera novela juvenil, Those Who Run in the Sky (Los que corren en el cielo) en 2017, tanto en inglés como en la lengua de su hogar. Son gritos antes aislados que ahora se unen para hacer cada vez más ruido. "Es un fenómeno reciente de representación de quien no la tenía, con distintos grados según los países. La circulación de estos libros que difícilmente habrían tenido difusión más allá de su mercado, resulta importante también para acabar con visiones folcloristas y esterotipadas", destacaba Dolores Prades, editora y directora del Instituto Emilia, volcado en difundir el amor por la literatura, y coordinadora en Brasil de la Catedra Latinoaméricana y Caribeña de Lectura y Escritura.




Página de Jomshuk, Niño y Dios Maíz, de Adolfo Córdova.

Algo parecido está ocurriendo con el maorí, el ´ōlelo, el mapuche o el kriol. "Lo que sucedió en Quebec es lo mismo en Sudamérica, África, o con los sami en Escandinavia", reflexiona Jean. O en Australia, donde la Indegenous Literacy Foundation no solo lleva libros en inglés a las comunidades aborígenes más remotas. También procura fomentar su pasión lectora con sesiones diarias. E impulsa la edición de historias infantiles y juveniles arraigadas al territorio, y contadas en sus idiomas. "Hay niños que hablan cuatro o cinco. El inglés a lo mejor es el sexto. Y sin embargo es el que se encuentran en la escuela", reflexionaba Nicola Robinson, de la fundación, en Bolonia.

"¿Qué significa `representación indígena´?¿Hablar de esos temas, sin que los autores e ilustradores pertenezcan a esas comunidades, lo es?¿Y libros de creadores indígenas, pero sobre otros asuntos?¿U obras en idiomas autóctonos, pero realizadas en otro sitio, lejano respecto al pueblo?", cuestionaba Santos en Bolonia. Y recordaba que una declaración aprobada unánimemente por la Unesco en 2001 elevó la diversidad cultural al nivel de "patrimonio común de la humanidad", tan "necesaria como la biodiversidad para la naturaleza". El escritor también lo ha subrayado últimamente como mejor sabe: con un libro. Su última obra, La cosa più preziosa, celebra la importancia de las lenguas. "Puedes encontrarme en cualquier lado. En cada nación, ciudad, escuela u hogar", se lee en sus páginas.

"Hay 364 lenguajes en México. Pero hoy solo el 6% de la población los habla. Los idiomas dominantes han sido los responsables de marginarlos", atacaba Córdova. He aquí la lengua como arma y legado del colonialismo. "Somos 11 comunidades indígenas en Quebec y solo un idioma es reconocido por el gobierno: el francés", critica Jean.

Con el éxito de Kukum, Jean ha percibido un interés creciente, sobre todo entre los menores de 35 años, más sensibles a causas como el cambio climático, la descolonización o las batallas identitarias. Aunque, al mismo tiempo, la resistencia se mantiene, o incluso aumenta. En España, igual que en Canadá. El escritor y periodista innu señala: "El Gobierno adoptó una ley que prohibe negar las consecuencias de las escuelas residenciales, de la misma forma en la que no puedes negar el Holocausto. La gente en Quebec se percibe como una sociedad buena. Cuando se habla de colonización dicen: "Eso sucedió en EEUU, no aquí". Y sostiene que Kukum está despertando a muchos seguidores, que le envían mensajes como: "Me siento avergonzado. ¿Qué puedo hacer?". El primer consejo del autor se resume en una palabra. Los innu como él dirán "aimitau". "Heluhelu", en hawaiano; "chilcatun" en el mapugudun de los mapuches. ¿Qué significa? Muy sencillo: leer.


El Pais. Cultura. Sábado 1 de junio de 2024